Yo
Mi pasión por la tipografía, es un romance que tiene 20 años de estarse cocinando.
No siempre fue tan claro como lo es ahora. Empezó con tímidos cortejos a la temprana edad de 12 años, cuando participé en un concurso de caligrafía en primer año de colegio. Si bien fue un encuentro casi al estilo de película, donde gané el primer lugar con la transcripción del poema Margarita, de Rubén Darío, me tomó casi una década antes de intuir que se trataba de una relación para toda la vida.
Cuando entré a estudiar diseño gráfico, al inicio no terminaba de tener claro qué era lo que me gustaba de esta profesión. En mi tercer año me topé con un curso que tenía la fama de ser difícil pero sobretodo: arcaico e inútil. Se trataba de Tipografía 1… una clase que amabas u odiabas. Podrán imaginar que a mí me hipnotizó de tal manera que al siguiente semestre matriculé Tipografía 2 (la cual era optativa). La mayoría de veinteañeros no veían el potencial que tenía esta materia… y cómo, en definitiva, era la goma que unía todo lo demás.

Siguieron pasando los años y mi curiosidad por la tipografía sólo iba en ascenso. Finalizada la Universidad llegó el momento de ver las posibilidades de buscar una especialización… seguía todavía perdida y sin un panorama claro de qué era lo que más me gustaba de ser diseñadora. Hasta que un día, y como por arte de magia me tropecé con el plan de estudios de un Máster en Tipografía Avanzada. Parecía casi inventado.. para mí porque era lo que siempre había querido… y para el resto porque era seguro la propuesta de especialización más inútil que podrían imaginar.
¿¡Cómo iba a invertir tanto tiempo, esfuerzo y dinero en ir a especializarme en letras!? Realmente yo misma no terminé de entenderlo y justificarlo hasta que me encontré en las primeras clases del programa, rodeada de 15 personas más de todas partes del mundo, quienes al igual que yo, sabían que ahí íbamos a encontrar la respuestas a tantas preguntas sin resolver.
Está de sobra decir que luego del posgrado sólo quedé con más ganas de seguir aprendiendo y de tener la posibilidad de compartir esta experiencia tan maravillosa con el resto del mundo. El enterarme que en otras latitudes la tipografía era un tema líder que mueve masas, sólo me dejó la inquietud de entender cómo en Costa Rica este tema todavía no había explotado.
Fue esa espinita en el pecho la que me movió a buscar nuevas alternativas. La primera movida lógica fue apurarme a enseñar todo lo aprendido a en espacios académicos. Mi meta al inicio de cada cuatrimestre es lograr que mis alumnos se contagien de esta pasión y le den un lugar privilegiado a la tipografía a lo largo de su carrera universitaria y profesional.
Al mismo tiempo que yo daba clases, pequeñas iniciativas y proyectos locales me fueron mostrando que ya la tipografía se estaba convirtiendo en un #trendingtopic. Es posible que no todos los usuarios supieran que la estaban consumiendo en lo que hacían, pero ya habían pistas que les indicaban que se trataba de algo de lo que querían saber más.
Fue así como nació la idea de construir un espacio que brindara un ambiente fácil y accesible para conocer de tipografía y todo lo relacionado a este tema. Aquel romance universitario se volvió en algo tangible a través del Tintero… y hoy tengo la oportunidad de compartir mi pasión con todos ustedes.