Rincones tipográficos de Costa Rica: nace una nueva categoría
Este ha sido una excelente temporada para los proyectos de rescate de identidad costarricense. De seguro ya se han topado en alguna feria a los chicos de Iden-tica: un equipo que se ha dado a la tarea de difundir lo más autóctono de la creatividad nacional con sus novedosos productos. En esa misma línea, pero orientado a una difusión más académica, está el equipo de Grafitica: el proyecto de dos fotógrafas quienes recién publicaron un libro donde narran la historia de la gráfica tradicional costarricense. Finalmente, queremos mencionar los esfuerzos de Pupila Studio, con su proyecto Mr. Masking, trabajo con el cuál posicionaron a la caligrafía nacional bajo el foco de las principales mesas de discusión.
En nuestra opinión, estos tres proyectos comparten un común denominador: las piezas de sus catálogos fueron cuidadosamente elegidas; ellos se dieron a la tarea de <buscar> , seleccionar y descartar, para poder clasificar todo en categorías. Se habla de rotulistas profesionales, muralistas, pintores… y hasta aficionados. Pero entonces nos preguntamos, ¿qué pasa con todo lo demás? Con esas rotulaciones no clasificadas, que inundan nuestro paisaje. Aquellas que saltan a la vista en toda dirección que veamos. Esas que conviven con los rótulos tradicionales y también están dotados de esa magia naif.
¿Dónde se arriman las ruidosas cartulinas hechas a mano; las que anuncian ofertas y últimas oportunidades; las de marcador sobre fondo satinado? Esas que gritan más duro entre tanta bulla gráfica de las aceras capitalinas. En el super, la verdulería, la boutique, el chino o la americana: todos usan el mismo lenguaje, la misma entonación y la misma estética.
Es así como inicia nuestra aventura en la cual buscamos identificar los rótulos olvidados que podrán clasificarse bajo mi nuestro término que denominamos <lettering criollo>, una categoría incipiente que se está cayendo de las paredes latinoamericanas.